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Hay que saber, además, que el comprador tiene siempre un plazo de siete días, desde que recibe un producto, para devolverlo, sin tener que justificarlo de ninguna manera. El comprador tendrá entonces un plazo de treinta días para devolver el dinero, incluidos los gastos de envío. Si se excede en ese plazo, el comprador le puede exigir el doble de la cantidad pagada.
Es evidente que no se pueden devolver todo tipo de productos. La normativa especifica algunos casos en los que no es posible:
- Alimentos y productos perecederos
- Bienes cuyo precio esté sujeto a fluctuaciones en el mercado financiero
- Productos elaborados a medida y personalizados que puedan deteriorarse
- Grabaciones de audio o vídeo, discos o programas informáticos que hayan sido desprecintados
- Ficheros informáticos online que puedan ser grabados inmediatamente
- Prensa diaria, publicaciones periódicas y revistas
- Servicios cuya prestación se haya iniciado de acuerdo entre las partes
- Apuestas y Loterías del Estado
Por último, hay que saber que si llegan productos deteriorados, el comprador tiene derecho a que se lo reparen o sustituyan en un tiempo razonable, según de qué se trate. Es más, tiene seis meses para dar la conformidad definitiva a la reparación.
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