Según Jakob Nielsen, del que ya os hablamos en un post anterior, para conseguir mejorar esa usabilidad es necesario tener en cuenta una serie de atributos: la web debe ser entendible, novedosa, comprensible, inteligente y atractiva. O lo que es lo mismo, que a través de todas esas características nuestro usuario consiga encontrar lo que busca de la manera más cómoda y fácil posible.
Existen algunas reglas a que debes tener en cuenta para mejorar la usabilidad de tu página web:
- Diseña un sistema de navegación simple y claro: la navegación debe permitir al usuario responder a estas tres preguntas, ¿dónde estoy?, ¿dónde acabo de estar?, ¿hacia dónde puedo ir? Esto lo consigues manteniendo los mismos elementos de navegación en un lugar idéntico en todas las páginas, por ejemplo, los iconos de inicio o de contacto.
- Utiliza un contenido sencillo y útil: al fin y al cabo el contenido es lo que atrae al usuario, lo que le mantiene en la página y lo que le incita a volver. Por ello debes tener especial cuidado en situar lo importante en la parte alta y más visible de la web.
- Usa nombres descriptivos para cada ítem del menú: evita que los usuarios tengan que adivinar el significado de cada uno de los botones de la página. Deja claro para qué sirven y hacia dónde dirigen.
- Incluye un buscador: el objetivo es evitar que los usuarios se pierdan dentro del sitio web o para que encuentren lo que buscan.
- Añade formularios que permitan comentarios por parte del usuario.
- Deja que tu marca aparezca en la web: si permites que tu logo esté presente en cada una de las páginas del site, los usuarios reconocerán tu marca y pensarán en ella cuando quieran adquirir tu producto o servicio.
Por último, es conveniente medir cómo se enfrentan las personas a la dinámica de una web. Para ello se han definido una serie de pruebas de usabilidad cuyo objetivo es identificar los puntos negros del diseño de la web, es decir, los errores y dificultades con los que se encuentran los usuarios.
Una vez hayamos tenido en cuenta los resultados de estas pruebas podremos asegurar que nuestra web necesita o no un proceso para mejorar su usabilidad. En caso positivo, regresaremos a las primeras reglas que hemos definido más arriba y de nuevo testearemos su eficacia en los usuarios.
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